Iniciar un nuevo año trae consigo desafíos desconocidos. Aunque planifiquemos y organicemos nuestra agenda, el día a día puede volverse cuesta arriba cuando el contexto no acompaña nuestro plan.

Iniciar un nuevo año trae consigo desafíos desconocidos. Aunque planifiquemos y organicemos nuestra agenda, el día a día puede volverse cuesta arriba cuando el contexto no acompaña nuestro plan.
Siempre que termina un año, podemos sentir el sinsabor de aquellas metas no realizadas, sueños postergados y planes cancelados. Sin embargo, algo que me gusta recordar con frecuencia, es que puedo seguir trabajando en aquello relevante para mí, más allá de que el calendario marque “diciembre”.
Un día normal y corriente está cargado con infinidad de tareas que merecen plena atención. Desde levantarse a la mañana hasta volver a dormir a la noche, en ese lapso de tiempo, ocurren muchos eventos que pueden desgastar nuestras mentes y corazones. Podemos estar de acuerdo en que la planificación y el orden van de la mano.
En un abrir y cerrar de ojos, nos encontramos en el cuarto mes del año, abril. Entiendo que quizás comenzamos enero con mucho ímpetu, deseando alcanzar algunas metas y enfrentar algunos desafíos, pero en el transcurso, sucedieron eventos que nos desviaron de dichos objetivos.
El final de un año llegó y trajo la compañía del tan temido “balance”. La pregunta es: ¿Qué implica hacerlo? ¿De qué manera realizarlo para no sentir desazón por todo lo que no se hizo en el año? ¿Aprender a soltar es parte de ese proceso? Muchas preguntas se agolpan en mi mente, porque como quizás le haya pasado a otras personas, yo también planifiqué…
¿En qué momento pasamos de buscar la excelencia a ser perfeccionistas? ¿Cómo es que cruzamos la delgada línea para dejarnos atrapar en una carrera sin final? ¿De qué manera el compararnos con las demás personas hace que pensemos que nada de lo que hacemos es suficiente? ¡Perfeccionismo! Una palabra amada y odiada a la vez. Quienes padecen de “perfeccionismo crónico” quizás no se dan cuenta…
¿Cuándo descansas? ¿Cuál es tu tiempo de creatividad? ¿Qué te emociona hacer? En este artículo encontrarás: Definición de “descanso productivo”. La importancia de cuidar de la salud mental. Experiencia personal de pandemia. Cuatro sugerencias para gestionar tus pendientes. La manera en la que puedo ayudarte. Los meses de diciembre, enero y febrero suelen ser mis meses productivos, creativos, los que disfruto más. ¿Por qué? Quizás…
¡Llegó Diciembre! Con “D” de “dicha” o de “desgano”, de “dar” o de “dejar”, de “disciplina” o de “deambular”. Podría seguir mencionando palabras contrapuestas, que expresen los estados de ánimo por los que quizás has pasado durante estos años de pandemia mundial. Hay quienes transitaron estos años eligiendo la gratitud, mirando la “dicha” por doquier aunque las situaciones no hayan sido favorables. También hay quienes…
Uno de los capítulos que más me desafío escribir en mi libro “¡Chau desorden!” fue el capítulo 14 que se llama: “Medir para avanzar: Cómo hacer un balance de vida en orden”. Y es lógico, lo entiendo, porque mirar atrás, a veces puede desestabilizar las emociones cuando aún no resignificamos aquello que transitamos en la vida. “Hoy en día podemos hacer balance de casi cada…
Todas queremos el resultado, pero a veces nos cuesta perseverar en él “mientras tanto” del proceso, porque es aburrido, porque cuesta e incluso duele. A continuación te comparto una serie de preguntas disparadoras de cambio porque la “Revolución Del Orden” empieza desde adentro hacia afuera SIEMPRE: 👉🏻¿Qué significa “productividad” para mí? 👉🏻¿Mi productividad varía en las distintas etapas y situaciones de mi vida? ¿Cómo me…