¿Cuándo descansas? ¿Cuál es tu tiempo de creatividad? ¿Qué te emociona hacer?

En este artículo encontrarás:

  1. Definición de “descanso productivo”.
  2. La importancia de cuidar de la salud mental.
  3. Experiencia personal de pandemia.
  4. Cuatro sugerencias para gestionar tus pendientes.
  5. La manera en la que puedo ayudarte.

Los meses de diciembre, enero y febrero suelen ser mis meses productivos, creativos, los que disfruto más. ¿Por qué? Quizás por que es tiempo vacacional, de descanso para recargar las energías y fluir mejor durante el año.

Mi objetivo en esos meses es descansar físicamente, renovar las fuerzas pero mi mente lejos de dormir o estar “quieta”, se despierta en creatividad, entusiasmo y motivación por los proyectos que vengo desarrollando.

Podrás decir entonces que en realidad “no estoy descansando”… pero lo cierto es que me gusta llamar a esos tiempos “descanso productivo”. En mis palabras la definición completa sería: “relajar el área física-corporal para dar rienda suelta a la actividad creativa mental”

Desde que estudié la carrera de Counseling es que entiendo la necesidad de prestar especial atención a la Salud Mental. De hecho hace un tiempo escuché decir a alguien que “sin salud mental, no hay salud”… Y aunque al principio me sonó impactante, creo que esa frase es muy cierta. Sin salud mental no podemos disfrutar de una alegría, nos cuesta encontrar motivación para iniciar o continuar un proyecto, e incluso hasta la vida misma se podría tornar un sin sentido.

De ahí surge la importancia de proteger los pensamientos, sentimientos, creencias y acciones porque todo lo que se consume mentalmente en el día a día tiene un impacto positivo o negativo, dependiendo de qué se trate.

Buscar ayuda a tiempo entonces, se torna fundamental para que puedas identificar aquello que te aqueja, que no puedes resolver o que simplemente te está atormentando.

A veces, en esos tiempos de descanso, es necesario disminuir todos los ruidos como redes sociales, podcasts, noticias, etc, para poder enfocarnos en aquellas situaciones de vida que necesitamos resolver y priorizar.

La presión social, el “qué dirán”, los mandatos y las creencias limitantes son un caldo de cultivo para enfermedades mentales que pueden desencadenarse sin un correcto acompañamiento a medida que vas transitando las crisis vitales comunes a toda la raza humana.

Hay una palabra que me encanta y es “FOCO”. Cuando uno se enfoca en las prioridades de su vida, en las acciones a realizar, y en las pequeñas actividades que puede hacer en el día a día es que puede avanzar en un camino claro hacia cumplir la visión y misión propias.

¡No es fácil! Y por lo general se necesita acompañamiento profesional cuando los escollos en el camino impiden seguir transitando con seguridad la ruta elegida.

Te cuento una experiencia personal y me gustaría que traiga luz a tu vida para ayudarte a comprender que todas necesitamos ayuda en algún momento del viaje hacia el orden.

Corrían los primeros meses del año 2021, y a pesar de haber tenido ese “descanso productivo” (sin redes sociales de ningún tipo, sólo papel, lápiz y creatividad) sentía que algo faltaba, que todo lo que había estado escribiendo se esfumaba y sería inalcanzable. Decidí tomar acción, y buscar ayuda profesional para destrabar algunas creencias limitantes que estaban poniendo un tope a mi desarrollo profesional.

Es así que tuve dos sesiones virtuales con una psicóloga. Al empezar a hablar y hacer el “recuento” de mi vida, familia, allegados, logros, virtudes e incluso defectos, empecé a valorar absolutamente todas las experiencias vividas hasta el momento. Comprendí que las personas llegan y que pueden decidir irse en el momento que así lo deseen. Entendí que no todas las personas serán amigas, confidentes o relaciones significativas y que está bien que así sea. Decidí hacerme 100%  cargo de mis responsabilidades, sea cuales fueran, y dejar que las otras personas se hagan cargo de lo suyo, sin cargarme por sus decisiones.

En resumidas cuentas pude salir del papel de “víctima” de la situación para ocupar el rol de protagonista de mi propia vida, entendiendo que todas las decisiones tomadas hasta ese entonces tenían un hilo conductor y que Dios había obrado a mi favor incluso cuando mis equivocaciones podrían haberme desenfocado, turbado o amedrentado.

Agradecí a “S”, por su tiempo, su dedicación y me comprometí a seguir caminando en la misma dirección para no perderme en el camino hacia mis metas. Ella agradeció también formar parte de ese pequeño proceso y dejaba la puerta abierta por si en otro momento deseaba volver a “recalcular” el camino.

En el viaje de la vida, muchas veces nos podemos encontrar con situaciones que no son lo que esperábamos, que nos impide avanzar a la velocidad que veníamos transitando, y es así cuando necesitamos frenar, reflexionar y recalcular, si seguir adelante a cualquier costo (o al costo de nuestra salud mental) o bien hacer los ajustes necesarios, “el service” que en ocasiones nuestra mentalidad, emociones y reacciones necesita.

Entonces a la hora de pensar en tu salud mental ten en cuenta:

  1. Gestionar tus pendientes por categorías: personal, familiar y laboral.
  2. Escribir hasta tres pendientes por categoría.
  3. Identificar que sean realizables, no sobrecargues tu agenda.
  4. Agradecer lo que puedas hacer en la semana; lo que no pudiste hacer, revisa por qué y toma decisiones sobre cuándo lo harás.

En pos de eso estuve en mi descanso productivo, desarrollando la nueva web con mi equipo de trabajo, ideando los servicios y mentorías para que no tengas que frenar de golpe en tu vida, sino que inicies un proceso que te impulsará desde adentro hacia afuera.

Es por eso que en la nueva web, renovada y minimalista, podrás encontrar TODO lo necesario para iniciar este viaje con destino ORDEN, claridad, enfoque y propósito.

¡Sin más preámbulos te invito a conocer la Mentoría que desarrollé para poder ayudarte!

¡Tu vida es demasiado preciosa como para que la desperdicies con creencias limitantes y una mentalidad incorrecta!

¡Déjame ser tu compañera de ruta en este viaje, conozco el camino y sé que te puedo ayudar!

¡Dios te bendiga mucho!

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