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Es la pregunta que me hago a menudo…
Es que en este último tiempo hay un furor por todo lo que tiene que ver con el orden y la limpieza del hogar, gracias a representantes del área que tanto motivan y alientan a vivir vidas más simples, más limpias y más ordenadas.
Por mi parte, considero que soy una persona ordenada, pero últimamente disfruto mucho más:
*Que cada cosa tenga su lugar,
*Sacar cosas que ya no me sirven (aunque estén en buen estado), y decirles adiós para siempre,
*Elegir la ropa con la que quiero seguir compartiendo el día a día,
*Cambiar la distribución de los espacios para hacerlos más funcionales,
*Disfruto el proceso completo aunque sea agotador.
Y es que algo pasa en nosotros cuando decidimos hacer un cambio.
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Porque lo que está dentro nuestro, empieza a salir e inunda toda nuestra vida. ¡Eso es genial!
Porque nos reencontramos con cosas que a lo mejor hace mucho no veíamos, porque estaban escondidas, o guardadas en su envoltorio original y aún con su etiqueta. E inexorablemente eso nos lleva a encontrarnos con nosotros mismos, en ese proceso de descubrimiento, y hasta quizás nos preguntemos: ¿Cómo rayos fui a comprar esto? ¿Cómo puede ser que esto antes me encantaba?
Eso pasa, y muchas veces. Algo que nos encantaba en su momento, desentona con la persona que somos hoy. Y aunque nos cueste desprendernos de eso que es parte del recuerdo, es sanador poder hacerlo. Porque así le damos lugar a aquellas cosas que hoy elegimos, que hoy nos gustan y que hoy usamos.
No es fácil, es un proceso, que seguramente nos llevará toda la vida, porque continuamente estamos transformándonos y cambiando.
¡Lo mejor de todo es que SIEMPRE, lo positivo del proceso genera más pasión, más entusiasmo y más ganas de continuar!
Y creo firmemente que no es “Magia”, que es “Sacrificio y Perseverancia” lo que hace que poco a poco podamos ordenar nuestras vidas y nuestros hogares de la manera que más nos guste.
¡¡¡¡SI se puede!!!
Ahora es tu turno,
¿Tú que piensas?
—Nos Leemos—
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Poco a poco descubrimos el placer que nos producen los resultados y pensamos “por qué no lo hice antes?”
Lo mismo pasa cuando comenzamos a poner orden en todo: los resultados se ven y nos motivan a seguir adelante, a incentivar a quienes nos rodean, a aplicar la fórmula del orden para todo.
Nadie dijo que fuera fácil, pero se puede!
¡Tal cual SIL, es así! No es fácil, pero se puede, claro que si 🙂
¡Saludos!
Cintia